PRESENTACIÓN LIBRO DE JUAN LARBAN (por Vicente Pi)

PRESENTACIÓN LIBRO DE JUAN LARBAN (por Vicente Pi)

“Vivir con el autismo, una experiencia reacional”

Octaedro. 2012. Barcelona.

 

Tengo que presentar el libro de Juan Larbán en representación del Centro Psicoanalítico Valenciano y me gustaría también hacerlo como psicólogo escolar en el mundo de la educación, especialmente por mi interés en los alumnos del espectro autista que han dado el mayor significado docente a mi trabajo como Director de los Servicios Psicopedagógicos Escolares de Torrent y creador con mi Equipo de las Aulas de Comunicación y Lenguaje.

 

1.- Sin embargo, sobre todo, Juan Larbán, para mi, es una persona con una gran humanidad, dedicación y honestidad, que alarga en su profesión y con los pequeños pacientes autistas.

No solo pues, es cuidadoso y respetuoso, para los pacientes autistas y adultos, como psiquiatra y psicoterapeuta, sino para sus círculos íntimos.

Desde estos rasgos de su identidad, lo quiero presentar. Considero a Juan Larbán como amigo muy apreciado por sus cualidades, y el poder estar entre sus círculos científicos con los cuales se relaciona, y que cuente conmigo en sus pensamientos, sobre todo respecto al autismo.

Para presentar a Juan Larbán, me tengo que remitir al interés mútuo que tenemos sobre el autismo, como ya he dicho.

 

Yo, desde el mundo escolar, como psicopedagogo y en mi formación como psicoanalista, el psicoanálisis como modelo científico y vivencial, me ha aportado en esa formación, modelos relacionales para construir las adaptaciones curriculares de éstos niños, y Juan, como psiquiatra, psicoterapeuta, como formador y creador de ADISAMEF…. , en este mundo de estudio del autismo tan complejo, tan mitificado, necesita humanistas, profesionales y científicos como él, en la labor de estudiar, comprender e integrar distintos parámetros científicos.

Juan Larbán ha creado instrumentos novedosos para la ayuda del niño autista, su desarrollo cognitivo, social y emocional, y que logren así el máximo de autonomía.

No sorprende en Juan, dada su calidad humana, científica y profesional, el respeto que tiene por la expresividad de las personas, en especial, por los niños autistas, sus familiares, educadores y cuidadores. Esa misma expresividad, a diferencia de muchos de nosotros, es la que le lleva a comprender sus significados y comunicárnoslos.

En ese sentido, el libro, para mí, no deja de ser una proyección de su identidad, con un lenguaje sencillo, muy cercano al lector, entendible sin necesidad de ser un lector especialista, explica conceptos complejos, destacando la integración de elementos multifactoriales respecto al desarrollo humano y sus dificultades.

Libro de cabecera para los interesados en el nacimiento mental, el desarrollo del pensamiento y los trastornos severos en la infancia.

No nos puede engañar su humildad en el saber. Puede intersectar distintas teorías y modelos científicos, para transmitirnos la necesidad del vínculo en los desarrollos científicos de los tratamientos de estos trastornos y en las relaciones profesionales, psicoterapéuticas, médicas y educativas.

Siempre me ha dado la sensación que protege y cuida, no solo a los niños autistas, sino a los familiares, cuidadores y amigos.

 

2.- Respecto al psicoanálisis y el Centro Psicoanalítico Valenciano, tengo que destacar en él, su perspectiva poco ortodoxa, que le lleva a un psicoanálisis relacional, intersubjetivo, que interactúa con otras ciencias de forma interdisciplinar y sin renunciar a estudios científicos como los que provienen de las neurociencias, donde el psicoanálisis aporta y recibe conocimientos.

En ese sentido, es importante la conexión entre distintas ciencias, la interacción entre clínica y modelo teórico, así como la intersección de los campos humanos físicos, sociales y cognitivos, no solo afectivos, con sus diferentes profesiones, que son tan importantes en la infancia, como cuidadores, formadores y asistentes de los problemas en la pequeña infancia.

Se descubre en el libro de Juan que desde hace tiempo le interesa la investigación del desarrollo en el espectro autista y se ve en él, el esfuerzo por armonizar la teoría y la clínica, lo que se refleja en el tipo de escucha y en el tipo de estrategias terapéuticas específicas a realizar.

Como representante del Centro Psicoanalítico Valenciano, soy consciente de las psicoterapias y modelos psicoanalíticos que empleamos con nuestros pacientes, en los cambios actuales de la sociedad, y donde Juan, es un maestros en enseñar afrontar a los pacientes del espectro autista desde una perspectiva relacional, teniendo en cuenta los últimos descubrimientos, incluidas las otras ciencias psicológicas, médicas y neurológicas, con la perspicacia de ver significados comunes y compartidos de interés para la clínica.

Por otra parte es un defensor de otros discursos que rompen la discusión entre ciencia y no ciencia en el psicoanálisis, teoría y práctica, incluyendo como ejes del modelo de intervención, estudios basados en la investigación, pero anclados en el desarrollo de estos niños, en su bienestar y en su evolución mental.

Su discurso es interdisciplinar, mediado por una práctica vincular, que sobrepasa el psiquismo cerrado que, a veces, suponemos al niño que está dentro del espectro autista y que sin darnos cuenta nos posicionamos los profesionales, creyéndonos poseedores de la verdad.

Ese niño, en demasidas ocasiones, lo miramos como enfermo parcializándolo y desvitalizándolo como niño y sin reconocer que es poseedor de cualidades y potencialidades, deseosas de despertar. Por lo tanto, el libro, integra hipótesis  que establecen facilmente diálogo entre distintas ciencias y distintos personajes alrededor del paciente, que finalmente configura un sistema social a tratar e interacturar. Ese espacio intersubjetivo, es un espacio transicional en el cual el niño puede evolucionar.

Su modelo relacional, reúne aportes distintos, que forman una clínica olistica, mente-cuerpo, desde sólidas construcciones teóricas y clínicas.

El cuidado que trata los temas en el libro, la secuencia de los mismos, sus distintas perspectivas, sus explicaciones, el lenguaje comprensible, sin renunciar a la jerga psicoanalítica más moderna, lo hacen ameno y de fácil lectura. Es un texto por lo tanto necesario para los profesionales de la educación, los psicólogos, los médicos, los familiares y los cuidadores.

Para los psicoanalistas, es un texto que nos permite acercarnos a su sencillez, dejando nuestras propias creencias en nuestros modelos científicos y nuestros propios mitos, a un trastorno que requiere tanta comprensión, relaciones empáticas con otras ciencias y respeto a los intereses del paciente, su evolución y sus lenguajes preverbales.

La construcción mental, así, el desarrollo psíquico, se forma en la interacción sistémica, en la experiencia vincular, en el intercambio mutuo de la experiencia emocional.

Los vínculos de apego, permiten la comprensión de los fenómenos, psicomotricidades, acciones, imaginarios y lenguajes verbales, que forman la estructura mental y en particular, la deficitaria, cuyo conocimiento se hace imprescindible para su evolución.

Nos encontramos, pues, ante un libro, nada rígido, creativo, que sabe contactar con el lector interesado, formado una dualidad de experiencias significativas. Por lo menos, me ha pasado a mí, que ha logrado que descifre muchos interrogantes y sintetice conceptos, en ocasiones personales y en otras, conseguir integrar distintas aportaciones de diversos modelos científicos.

La estereotipia, la manía, como defensa, se le comprende, respeta, como emergentes del sufrimiento psíquico que hay que reparar. Pero esa misma comprensión llega al lector.

 

3.- Como psicopedagogo, el libro, no es solo para profesionales que trabajen autismo, clínicos, familiares o científicos interesados en los problemas de la mente y su salud, también es un documento imprescindible para docentes, psicopedagogos y psicólogos escolares, aportando no solo conocimientos para su diagnóstico, sino bases para el tratamiento educativo y reeducativo como los tratamientos logopédicos y terapéuticos.

Respecto al espectro autista, en el mundo escolar falta formación, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento y en la creación de sus adaptaciones curriculares, y donde las pruebas diagnósticas no son suficientes.

Se requiere formación clínica, como indica el propia DSM IV, que Juan con su sensibilidad describe en su libro como rasgos de estas estructuras mentales, como registros de un saber, que conecta, no por causalidad, con la importancia de la relación emocional y por lo tanto con incluir en los procesos de aprendizaje el mundo afectivo y social, en forma de relaciones y sistemas de aprendizajes significativos.

Es la única forma de construir aprendizajes funcionales y no solo cogniciones vacías, poco funcionales y alejadas de la experiencia emocional del aprender, que a veces hacemos, en enseñanzas directivas, que no tienen en cuenta las habilidades y capacidades del alumno del espectro autista.

Comprender el autismo, es acercarnos en metodologías constructivistas y significativas que tengan en cuenta la totalidad de la personalidad del alumno, sin parcializarlo y respetando su expresividad.

Para la adquisición de aprendizajes significativos en la escuela, falta, “la experiencia relacional”, como indica Juan Larbán, en la portada del libro y en toda la lectura del mismo. Se tienen que dar relaciones espontáneas, no exentas del juego simbólico y de la expresividad, tanto del alumno como del reeducador.

Nos encontramos en los orígenes del pensamiento creativo que tanto tiene que interesar a los docentes y Juan nos da pautas para la construcción de adaptaciones curriculares para nuestros alumnos del espectro autista.

Dice que los aprendizajes tienen que ver con la progresiva capacidad de tolerar la frustración, de transformar la necesidad en deseo, y para ello tienen que alinearse con los procesos de simbolización. Para ello, tiene en cuenta muchos aspectos, pero destacamos el desarrollo respecto al tiempo y la necesidad de que el niño anticipe la respuesta de satisfacción.

Cito a Juan: “anticipar la respuesta de satisfacción apoyándose en las huellas que en su memoria han dejado experiencias anteriores de satisfacción”.

Con lo cual se deduce que en las escuelas los aprendizajes también se tienen que basar en esas experiencias de satisfacción, es decir, en los intereses de estos alumnos.

Intereses de relaciones mútuas que nos vuelve a decir (cito a Juan): “la respuesta, no simultánea, pero sí a tiempo dentro de un marco rítmico, regular y estable, permite al niño anticipar creativamente desde su interior la respuesta esperada y la experiencia de satisfacción”….

Sigue Juan la explicación de los procesos mentales simbólicos indicando: “Esa experiencia de satisfacción, con una fase de anticipación (antes de) y otra de atención (después de) con la expectación ante lo que puede ocurrir, hace que el niño sano paticipe de los juegos, desarrollando capacidades esenciales para la evolución de la función simbólica, y también para conciliar en su mundo interno la necesidad de estabilidad con el deseo de cambio. Además le permite al niño la interiorización de una experiencia repetida en la que hay un antes y un después…”.

Las citas serían larguísimas, pero respecto este punto destacar aspectos que suelen faltar en los procesos de enseñanza y aprendizajes de las adaptaciones currículares con estos alumnos y vuelvo a citar a Juan, cambiando los protagonistas de su relato, en lo que serían los trabajos reeducativos de los proyectos individuales para estos niños, destacando el camino que hay que abrir en los juegos interactivos, para el desarrollo de los procesos simbólicos.

Cito: … “para que la espera quede como fuente de placer,… el educador y maestro juega espontáneamente (microritmos) con su alumno a las falsas sorpresas, a los engaños, que saturan la interacción de juego precoz entre ellos. Sorpresas y engaños que garantizan la investidura de un pensamiento vivo y creador, en el sentido que la creación proviene de una desviación de las reglas”.

Son juegos de complicidad, juegos “como sí”, equívocos, bromas y dramatizaciones corporales, utilización del lenguaje emocional del niño como espejo, necesarias para el simbolismo.

Las citas podrían ser interminables, pero me parece interesante rescatar para los procesos de enseñanza y aprendizaje, el capítulo dedicado a los cuentos de hadas, como espacios transicionales para elaborar los miedos, ayudando a vencer los obstáculos de la vida con sus peligros y crear la propia historia personal simbólica.

Para concluir la presentación y que se pueda comprar el libro, el discurso de Juan me lleva a expectativas de fortaleza, ilusión, a romper mitos sobre el autismo, por ejemplo, que el autismo no es educable, que no comprenden, están aislados, no tienen en cuenta al semejante, no sienten dolor o no tienen miedo…

Hay que rescatar para los profesionales el ejemplo que nos da Juan Larbán en su libro, en el sentido  que hay que ser científicos interdisciplinares, incluyendo los aportes de las otras ciencias y sus lenguajes, sin dejar de ser humanos, que es lo mismo que ser afectuoso, social, respetuoso, humilde, comprensivo, empático,… lo que nos ofrece Juan en su libro y lo que necesita el niño autista.

 

 

Vicent Pi Navarro